Paul McCartney inoxidable: tres horas en el escenario, la voz intacta y una vitalidad admirable

Paul McCartney demostró una vez más por qué es una leyenda del rock y uno de los artistas más influyentes del siglo XX y lo que va del XXI: tocó tres horas en la cancha de River ante un público que lo ovacionó, en un recital a pura entrega, sin fisuras y de una calidad musical inoxidable.

A los 82 años, y la edad no es un dato menor para el caso, el ex-beatle interpretó más de 30 canciones de su extensa carrera, recorrió el escenario sin contratiempos y pasó por varios instrumentos, apoyado en una banda sólida que retroalimentó su presencia.

El show, que convocó a familias enteras, ya que la música beat traspasa generaciones y más aún la de uno de sus creadores, abrió con “Can’t Buy Me Love”, y las 70 mil personas que había en el estadio estallaron de alegría, emoción que no se extinguió en todo el recital.

“Estoy muy feliz de volver a verlos. Esta noche voy a tratar de hablar un poco de español, pero obvio en inglés”, dijo McCartney con simpatía, y el diálogo a dos lenguas se mantuvo toda la noche.

“Let Me Roll It”,  “Let ‘ Em In”, “My Valentine”, “Nineteen Hundred and Eighty Five”, “Maybe I’m amazed”, “I’ve Just Seen a Face”, “In Spite of All the Danger”, “Dance Tonight”,  “New”, “Jet”, “Being for the Benefit of Mr. Kite!”, “Band On The Run” y “Too Loud” dieron repaso a la carrera de McCartney, en distintos momentos del show, que fue mechando los clásicos de Los Beatles con las canciones de su etapa solista. Así, “Drive My Car”, “Got to Get You Into My Life”, “Getting Better”, “Love Me Do”, “Blackbird”, “Get Back, “Now and Then”, Something”. “Ob-La-Di, Ob-La-Da”, “Live and Let Die”, así como las esperadas “Let It Be” y “Hey Jude” no faltaron en el repertorio.

Ya hacia el tramo final y tras una pausa, Paul volvió al escenario con la bandera Argentina y la de comunidad LGTBIQ. “Esta canción es muy especial, ya se van a dar cuenta”, dijo antes de entonar “I’ve Got a Feeling”, con Lennon en pantalla cantando su parte. “Hi Hi Hi”, “Sgt. Peppers”, “Helter Skelter” y “Golden Slumbers”, con “Carry That Weight” y “The End” dieron el broche de oro a una noche inolvidable.

Acompañaron a McCartney Rusty Anderson, en guitarras y coros; Brian Ray, en guitarras, bajo y coros; Paul Wickens, en teclados, guitarra acústica, percusión, armónica, acordeón y coros; Abe Laboriel Jr., en batería y coros; y los Hot City Horns, en vientos.